jueves, 17 de febrero de 2011

La noética estudia el cerebro humano

El cerebro humano consta de dos partes: una exterior, llamada duramadre, y otra interior, la piamadre. Ambas están separadas por la aracnoides, un velo tisular semejante a una tela de araña, de ahí su nombre.
Quizás hayas oído hablar de los escáneres cerebrales realizados a yoguis durante la meditación. En estados muy intensos de concentración mental, el cerebro humano crea una sustancia física similar a la cera, secretada por la glándula pineal. Esa secreción cerebral no se parece a ninguna otra del cuerpo. Posee increíbles efectos curativos, puede regenerar las células, y quizá sea una de las razones por las que los yoguis y los monjes de cualquier religión en general son tan longevos. Esto es auténtica ciencia, no especulaciones pseudo-filosóficas, aunque a mí me viene a la mente un pasaje del Evangelio gnóstico de María: "Donde está la mente, está el tesoro".
Pues bien, esa sustancia tiene propiedades inimaginables y sólo puede ser generada por una mente absolutamente serena y enfocada en un estado de concentración y meditación profundas. Es la sustancia mágica que aparece en todas las manifestaciones de los antiguos misterios : era el néctar de los dioses del Olimpo de griegos y romanos, el elixir de la vida, el maná de los judíos, la fuente de la eterna juventud, la piedra filosofal, la ambrosía, el soma...
Oh, lo siento...Estoy divagando. ¡Es que me entusiasma tanto todo este tema! Llevo muchos años estudiando lo que dijeron los antiguos acerca del increíble poder mental del ser humano, y ahora la ciencia nos demuestra que es posible acceder a ese poder mediante un proceso físico. Bien utilizado, nuestro cerebro puede desplegar poderes literalmente sobrehumanos. Increíblemente, hasta ahora la ciencia no ha hecho más que rascar la superficie de la enorme potencialidad de la mente.
El trabajo de todos los científicos que trabajamos en el campo de la noética va a ser un salto gigantesco hacia el futuro...y también hacia el pasado. Los antiguos ya conocían muchas de las verdades científicas que ahora estamos redescubriendo. En cuestión de años, el ser humano moderno se verá obligado a aceptar lo que ahora es impensable: nuestros cerebros podrán generar energía capaz de transformar el mundo físico. Está demostrado que las partículas atómicas reaccionan ante nuestros pensamientos y estados de ánimo...lo que significa que nuestras ondas cerebrales tienen el poder de cambiar el mundo.
Es el Inconsciente Colectivo de Jung...Nuestros cuerpos físicos han evolucionado a través del tiempo, muchos seres humanos han muerto y otros han nacido, pero la mente humana permanece en un pool universal que todo lo impregna, a través de los siglos. Los terrores del hombre de Neanderthal son los mismos que los nuestros de ahora.
Cuando entendamos todo esto, se abrirán todas las puertas para la realización del potencial humano, y se habrá acabado el sufrimiento inútil. En cuanto comencemos a sacar partido de nuestro verdadero poder, tendremos un enorme control sobre todo nuestro mundo y lo que es más importante, sobre nuestros cuerpos. Seremos capaces de diseñar la realidad, en lugar de reaccionar simplemente a sus dictados.
Esta es fascinante, pero también puede resultar muy peligroso. Si los pensamientos afectan al mundo, entonces debemos tener mucho cuidado con lo que pensamos. Los pensamientos destructivos también tienen su influencia, y todos sabemos que es mucho más fácil destruir que crear.
En el caso de la fibromialgia, tenemos un claro ejemplo de cómo las potencialidades de nuestra mente pueden volverse en contra de nosotros mismos y de nuestra salud. Poco a poco veremos cómo podemos revertir este proceso.

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